Centro América 2020: Educación

Algunas consideraciones generales y propuesta de esquema de investigación



1. Contenido y alcances de la investigación

La educación es uno de los componentes del desarrollo que más se presta a las proyecciones de largo plazo. Hasta hace poco, se consideraba que en Centroamérica el nivel mínimo que debería alcanzar el alumno promedio era el sexto grado; actualmente, los ministerios de educación le apuntan al noveno grado como el nivel mínimo aceptable y no sería extraño que en unos pocos años más se estime que el bachillerato es el objetivo a alcanzar. Sea como sea, la tendencia de todo esfuerzo educativo indica que será necesaria una mayor permanencia de los alumnos dentro del sistema educativo porque los mercados de trabajo y el desarrollo intelectual a escala mundial así lo requieren.

En segundo lugar, es evidente que el tipo de educación que se imparte en Centroamérica está cambiando. De una educación memorística y repetitiva, donde el maestro es la fuente de sabiduría e información, ahora se entiende que la educación debe promover y potenciar el aprendizaje y la creatividad por parte del alumno, sin los cuales será imposible preparar al ciudadano del mañana. Esto significa que el énfasis de la educación debe cambiar de la memorización de datos e información a la construcción del conocimiento mediante la experimentación y el intercambio, lo cual plantea grandes retos para el magisterio y las instituciones educativas.

Finalmente, los planteamientos centralizantes de las décadas anteriores están cediendo ante el reconocimiento de que no es posible educar a toda la población de un país con exactamente los mismos contenidos y finalidades. En los casos de países con importantes poblaciones étnicamente diversas, este reconocimiento vino tempranamente. En los demás, los problemas asociados con la aplicación de currículos uniformes --combinado con la descentralización administrativa de los ministerioes de educación-- lleva a replantear la necesidad de flexibilizar los contenidos y centrarse más en la adquisición de habilidades y el desarrollo de actitudes.

En general, los sistemas educativos centroamericanos están adaptándose a los requerimientos de una transición de la sociedad post-agroexportadora tradicional a otra marcada por la globalización, la movilidad demográfica y la democratización. Sobre ésto no existe mayor desacuerdo. Lo que no está nada claro es si los países están procediendo con suficiente celeridad a efectuar las reformas necesarias, si los gobiernos tienen claridad sobre la magnitud del esfuerzo que debe hacerse y si la sociedad civil entiende que la educación debe apoyarse como política de estado, independientemente del partido o partidos que están en el gobierno.

Esta investigación pretende, por lo tanto, realizar un diagnóstico del esfuerzo que actualmente se hace en Centroamérica en el campo de la educación (presupuestos oficiales, gasto total en relación al PIB, cobertura, número de escuelas y aulas). También analizará la eficiencia de ese esfuerzo (costo por alumno, niveles de aprobación y retención, relación maestros-personal administrativo). Finalmente, indagará acerca de los cambios que se han realizado en los últimos años en los contenidos de la educación y las prácticas docentes (currículos, formación y capacitación del magisterio, producción de materiales de apoyo a la docencia).

Con base al diagnóstico, se procederá a proyectar las tendencias más evidentes hasta 2020: cobertura prevista (con base a proyecciones demográficas), distribución del esfuerzo (rural vs. urbano, primaria vs. secundaria y universitaria), y costos mínimos anticipados (totales, como proporción del presupuesto y del PIB). Este sería el escenario más simple o crudo; es decir, proyectará el nivel del esfuerzo actual hacia los próximos veinte años.

Una segunda proyección se elaborará incorporando elementos necesarios para mejorar la calidad de la educación que se ofrece en Centroamérica dentro de los requerimientos de un desarrollo social y económico marcado por la globalización y la apertura. A tal efecto, se identificarán aquellas prácticas y políticas en cada país centroamericano que prometen más en lo que se refiere a mejoras en la calidad de la educación. Se parte del supuesto de que cada país centroamericano ha logrado --al menos-- algunas mejoras en educación que merecen estudiarse detenidamente y aprovecharse para mejorar la educación en los demás.

La viabilidad de las propuestas estará determinada en gran medida por su aplicación exitosa en uno u otro país centroamericano. El carácter regional de las propuestas también se asegurará en tanto provienen de las mismas experiencias de los países de la región, lo cual no quita que puedan incorporarse las experiencias de cualquier otro lugar del mundo.

Idealmente, Centroamérica debe pensar en una política educativa regional, no sólamente por razones de experiencias compartidas o mutuamente aprovechables sino que también porque se pueden lograr significativas economías de escala si se mancomunan ciertas inversiones (tales como producción de textos y capacitación de cuadros especializados) y se simplifican ciertos trámites administrativos (equivalencias para estudiantes que viajan de un país a otro para estudiar, reconocimiento regional de títulos y calificaciones). Hoy por hoy, los sistemas educativos de cada país son apenas viables (con algunas excepciones) frente a las demandas del desarrollo. Lo lógico es que la creación de un sistema educativo con características verdaderamente regionales puede potenciar notablemente los esfuerzos que ahora se hacen separadamente.
 
 

2. Taller regional

En vista de que el componente de educación del proyecto Centroamérica 2020 está arrancando con tres meses de retraso, estimo que la fecha más temprana para realizar el taller regional sería en algún momento del mes de septiembre de 1999. Tal como se platicó, este evento se efectuaría en Honduras con el copatrocinio de alguna institución de ese país --todavía por definirse-- que tiene interés en el tema de la educación.