La Migración Internacional, su impacto en la cultura de los sectores campesinos.

América Rodríguez Herrera.
 

En las últimas décadas, los procesos socioculturales relacionados con la migración internacional han adquirido relevancia en la sociedad salvadoreña, particularmente entre los grupos sociales ligados a este tipo de migración.

Los campesinos constituyen uno de los sectores más impactados. Para algunos autores (Kearney, 1996) la transnacionalización cultural generada en el marco de la migración internacional ha desarrollado procesos socioculturales transformadores e inéditos, que han impacto las bases mismas de las sociedades involucradas. Para este autor, es indispensable reflexionar sobre los cambios ocurridos en estos grupos humanos y reconceptualizarlos, para así poder diseñar políticas que incidan sobre ellos y les favorezcan.

Por ejemplo, no es posible hablar de los campesinos en los términos que sobre ellos se vertían en las décadas precedentes a la generalización de este fenómeno: como un productor amarrado a sus recursos productivos. A raíz de la migración, los campesinos se desenvuelven en múltiples y variados espacios, escenarios y actividades productivas, en una dinámica cuya complejidad no tiene precedentes.

En el caso de El Salvador y algunos países centroamericanos donde la migración internacional ha tenido un impacto a nivel de las relaciones  sociales o económicas, esta tarea se vuelve una urgencia, sobre todo porque muchos problemas relacionados con la pobreza y la desintegración social  permanencen sin solución, a pesar de  la finalización de los conflictos políticos de la década de los ochenta.

En el caso de El Salvador, esta tarea es fundamental, no sólo para contribuir a la discusión y reflexión sobre las políticas relacionadas con el sector agrario, sino también para las de orden cultural y migratorio.

Una exploración etnográfica realizada en 1996 en Nueva Concepción (Rodríguez, 1996), una  zona de explotación agropecuaria con tradición campesina, localizada en los valles interiores del departamento de Chalatenango,  mostró que el fenómeno migratorio ha logrado impactar, profunda y globalmente, a la comunidad, afectando las formas organizativas tradicionales, tanto en el ámbito social como en el político y económico.

Los cambios culturales se dejan sentir en todos los niveles de la vida social, en la cotidianeidad misma de sus relaciones sociales, transformando hábitos, concepciones, gustos y aspiraciones.

A nivel de la organización social, los cambios son perceptibles tanto a nivel de la estructura familiar y en la comunal.

En muchos casos la migración ha provocado el desmembramiento momentáneo o permanente de la familia nuclear, vigorizando otras formas de integración, con el impulso de familias de tipo ampliadas.

Estos grupos familiares pasan a depender de otros familiares (padres, tíos, hermanos, independientemente del sexo), engrosando los grupos familiares de éstos.

Cuando es la mujer la que asume la jefatura del hogar, ésta pasa a asumir un papel primordial en la dinámica familiar, que incluye  la toma de las decisiones, contribuyendo en alguna medida a transformar las relaciones de género.  Esto no es mecánico, se pudo observar en el caso estudiado, que mientras algunas mujeres incorporaban cambios ideológicos con respecto a la percepción de sí mismas y su papel, otras, ante el regreso del compañero volvían a editar un rol tradicional.

Es frecuente el cambio de pareja y la conformación de nuevos grupos familiares entre las parejas afectadas por la migración. Cuando estos cambios generan  inestabilidad, la descendencia resulta afectada.

En algunos casos se ha podido observar la presencia de familias binacionales (en términos de Guarnizo, 1996), grupos familiares cuyos miembros se desarrollan y desenvuelven en el marco referencial vigente en las distintas sociedades en que se involucran, en los espacios y en los escenarios que éstas les proporcionan y que, finalmente  conforman y determinan la socialización de la descendencia. Esta particularidad tiene implicaciones en los procesos de conformación de la diversidad en la conceptualización de su percepción y adscripción ciudadana e identitaria.

En aquéllos casos donde la crianza se desarrollla en un marco de inestabilidad, se generan condiciones para el desarrollo de problemas sociales. La contradicciones generadas por la falta de orientación y el contraste entre la vida en el extranjero y las condiciones locales les conduce a un divorcio de las formas de vida de la localidad de origen, generando frustraciones ante la imposibilidad de sostener aspiraciones o formas de vida producidas en el extranjero, a partir y dentro de la realidad de los recursos locales. Esto genera procesos de cuestionamiento de valores, visión del mundo y procesos de transformación, y recreación de las identidades reconocidas.

Al interior de la comunidad algunos sectores empiezan a cobrar un papel diferente al jugado tradicionalmente. Es el caso de los sectores de la tercera edad (Lungo 1998) y de los jóvenes. Los primeros cobran un papel central en la integración de las familias ampliadas, los segundos han empezado a cobrar una cierta independencia en la búsqueda de alternativas productivas y un mayor aporte a la dinámica productiva y social al interior de sus comunidades.

La falta de trabajo y políticas ocupacionales enfrenta a los jóvenes a precarias  opciones en el ámbito local, lo cual impulsa la búsqueda de alternativas en el extranjero, ya que potencialmente conforman el sector social que cuenta con condiciones favorables para involucrarse en la migración. Debido a los altos costos económicos, los duros ajustes sicológicos y sociales que deben realizar para poder sobrevivir en contextos culturales disímiles, no todos pueden hacerlo.

Por otro lado, en este tipo de comunidades, los jóvenes y los niños, han sido los principales receptores de los vacíos y contradicciones generadas por la migración durante sus procesos de crianza y socialización en el seno familiar o comunal.

Los jóvenes en particular han empezado a mostrar formas alternativas de organización social, a través de las pandillas juveniles o “maras”, que han llegado a constituir problemas sociales en su comunidad.

Algunos informantes consideran que ante los problemas de integración prevalecientes en la juventud, las “maras” les ofrecen lazos afectivos y elementos de identidad, de manera que las maras son vistas por algunos jóvenes como sustituto de los beneficios sicológicos y emocionales de la familia y la comunidad.

Los jóvenes son actores claves que demandan el diseño de políticas laborales y culturales específicas.

En cuanto a lo político, a pesar de que Nueva Concepción mostraba, como el resto de ciudades intermedias con tradición campesina del país, problemas de institucionalidad y del  cumplimineto del régimen de derechos y garantías individuales y sociales, el análisis de una riña que acabó con la vida de una persona de la comunidad, un miembro de la comunidad y un migrante, puso en evidencia el predominio de procedimientos y mecanismos de aplicación de la justicia basada en convencionalismos tradicionales. La comunidad en ese caso abogaba por la persona que conocían y no por el migrante, a quien habían dejado de considerar miembro pleno.

No obstante los migrantes a partir de su experiencia de su relación con el Estado de derecho en EE.UU. presionan por el cumplimiento del régimen jurídico del país, de manera que podrían en el mediano plazo ser un elemento de cambio social.

En Izalco una comunidad indígena del occidente del país, pudo constatarse, que estos estos procesos han traído cambios a nivel de las relaciones interétnicas a nivel local. Para algunos indígenas el conocimiento que el indígena  y el ladino tiene en la actualidad de los derechos humanos y ciudadanos ha contribuído a debilitar las diferencias marcadas en el ámbito social entre la población. Esto es notorio en las relaciones personales, en los diferentes espacios de socialización y encuentro como el sistema escolar y las prácticas de tipo religioso (estudio sobre La población indígena en Cacaopera e Izalco en proceso).

También han construido organizaciones de nuevo tipo, redes sociales que favorecen la migración, igualmente han construído organizaciones en algunas ciudades norteamericanas, que se involucran en el bienestar social y en los procesos de recreación y fortalecimiento de las identidades locales en  sus comunidades de orígen. En el caso estudiado la organización más activa es la que funciona en Los Angeles. Contribuyen con la celebración de fiestas patronales y la construccion de infraestructura para el equipamiento social: canchas, parques entre otros. A nivel individual los migrantes auspiciaban las celebraciones y rituales en torno al ciclo vital y social: bautizos, quince años,  candidaturas a reinados, bodas o muerte de alguno (s) de sus familiares en la localidad.

En el caso de la población indígena estudiada, existe una organización de Izalqueños en los Angeles, que sostiene programas de asistencia a grupos vulnerables impulsados por organizaciones ligadas a la Iglesia (Damas Salesianas), así como una diversidad de ayudas para la celebración de las fiestas religiosas, incluyendo donaciones de trajes y joyas para las imágenes, compra de flores para adornar las mesas altares de las imágenes o alimentos para acompañar las celebraciones, lo que ha contribuído a dar fuerza y refuncionalizar las formas organizativas, rituales y tradiciones indígenas (estudio sobre La población indígena en Cacaopera e Izalco en proceso).

La migración además ha contribuído, junto con otros procesos recientes

En este sentido el migrante ha transformado su participación en el desarrollo de su comunidad, en la conformación de su sentido de pertenencia identidad y de ciudadanía.

En el ámbito económico, es posible observar que en el marco de la migración, los campesinos se desenvuelven en una diversidad de alternativas de sobrevivencia, que van desde el empleo en el extranjero, hasta una diversidad de actividades derivadas de las posibilidades de inversión o empleo que la migración abre, en la pequeña empresa productiva, el comercio informal, los servicios, tanto local, como en otros puntos del país, en una dinámica tal, que su relación con las actividades agropecuarias se ve en algunos casos complementada, en otros pospuesta (cuando se plantean un proyecto de retorno, que incluye la inversión de sus ahorros en esta actividad) o bien el abandono de las mismas.

La migración en el terreno económico toca de una manera diferencial a los diversos sectores productivos, atendiendo a condiciones de género y edad. Es también un mecanismo de movilidad social, que ha logrado cuestionar las relaciones sociales y los mecanismos y medios tradicionales de acumulación, presentando opciones productivas diversas.

En el caso de Nueva Concepción, durante las fiestas patronales, que constituyen un momento y un punto de retorno de los migrantes, se pudo observar que en diversos grupos departían antiguos ex-patrones con antiguos ex- mozos. Algunas entrevistas aplicadas a estos últimos hacían notar que esto no lo hubieran podido hacer tan solo 10 años atrás, no solo por las diferencias sociales, sino por que los medios económicos no les hubieran permitido la capacidad de consumo que la ocasión requería.

Mientras los jóvenes constituyen los sectores mas involucrados en la migración, las generaciones arriba de los cuarenta (los padres de estos jóvenes) son los receptores de las remesas.  Por lo general permanecen en Nueva Concepción. Algunos de ellos tienen posibilidades de acumular e invertir en recursos productivos.

Se tiene referencia de que algunos invierten en la compra de terrenos, ganado, maquinaria, casas e incluso se detectaron,  dos casos, donde los familiares receptores sobrevivían con los intereses generados por la cuentas bancarias manejadas en la localidad.

Esto se presenta en los casos cuando las remesas son destinadas a fines productivos y no al consumo doméstico. En Nueva Concepción el éxito de las empresas familiares donde el padre es el que toma las decisiones al realizar directamente las  inversiones, tiene un referente en la cultura campesina local, particularmente en la tradición familiar patrilocal , ampliada (con recambios de acuerdo a los ciclos generacionales)  donde la familia campesina gira en torno al padre, influída por una ideología patriarcal.

Esta tradición, debilitada por los cambios ocurridos en las últimas décadas al interior de la estructura familiar en el país, sobre todo por el deterioro económico y los cambios en la concepción de los derechos humanos, desarrollados como producto de la guerra, que han refuncionalizado algunas  expresiones organizativas tradicionales.

Por ejemplo, el rol de los padres del migrante ha pasado a ser central en los casos que éste se ha vuelto el administrador de las remesas, tanto en la parte dedicada al consumo doméstico como con fines productivos.

Las remesas han contribuido a acelerar los procesos de diferenciación campesina, sobre todo al interior de las unidades productivas surgidas de los procesos de reparto agrario.

De lo anterior podemos decir que los sectores campesinos constituyen, como siempre lo ha sido, un sector heterogéneo, que combina diferentes alternativas de sobrevivencia para garantizar su reproducción. Constituyen tipos definidos por las tendencias de diferenciación campesina y la diversidad de alternativas de sobrevivencia en que se involucran.

Algunos migrantes se plantean un regreso, y las remesas constituyen un medio para garantizar una buena inserción dentro de las actividades agropecuarias, otros no se plantean el regreso. En este último caso es un cambio en los proyectos de vida.

Aunque el impacto de la migración tiende a definirse en el mediano plazo, las tendencias pueden contribuir a perfilar la diversidad al interior de este sector y la búsqueda de opciones de desarrollo a su interior.

Es necesario profundizar en el estudio de la juventud y de los retornados y la diversidad ocupacional y cultural que en ellos se genera, así también el estudio del impacto que el fenómeno en su integralidad ofrece a las comunidades involucradas.
 

Bibliografía.

. Kearney Michael, 1996. Reconceptualizing the peasantry.Anthropology in global perspective. Westview Press, University of Chicago.

. Lungo Mario, 1998. “Centroamérica: La construcción de ciudadanía social ante la migración internacional”. En Centroamerica en Reestructuración, Ciudadanía y Política Social, Bryan Roberts editor, FLACSO, Costa Rica.

. Guarnizo Luis Eduardo, 1996. Human and Comunity Development,  University of California.

. Rodríguez América. 1997.La Migración Internacional y la transformación del campesinado. El caso de Nueva Concepción. University of Southern California, Fundación Nacional para el Desarrollo FUNDE.

. Rodríguez América y Lara Carlos, 1999. Las comunidades indígeneas de Cacaopera e Izalco, estudio en proceso de elaboración.