Más allá de las remesas y su uso productivo

 

Por

 

Katharine Andrade-Eekhoff,

Investigadora de FLACSO-Programa El Salvador

 

 

 

     Desde hace casi dos décadas la migración centroamericana hacia los Estados Unidos y el envío de las remesas familiares han estado transformando los países de la región, tanto a nivel nacional como a nivel local, y en mayor medida quizás en El Salvador.  Se pensaba que con el fin de los conflictos internos en los países se iba a terminar la migración hacia los Estados Unidos; sin embargo los flujos migratorios hacia ese país en el norte son más complejos.   Ahora los vastos redes sociales entre familiares en el norte y el sur mantendrán viva la posibilidad de emprender el viaje hacia los Estados Unidos buscando una salida a la pobreza y nuevas oportunidades, a pesar de las dificultades que esto presenta.

 

     Esto implica que los dólares que los países centroamericanos han estado recibiendo van a continuar en el corto y probablemente mediano plazo.  Lo más probable es que se van a incrementar en importancia en Honduras y Nicaragua en particular debido al desastre económico y social del Huracán Mitch del año pasado.  Y seguramente los gobiernos van a seguir hablando sobre el llamado \ldblquote uso productivo\rdblquote  de las remesas en los hogares centroamericanos.  Lo que quiero plantear en este articulo es que este enfoque está equivocada por una serie de razones que se explicará a continuación.  Sin embargo, la migración sí presenta una gama de oportunidades importantes para su aprovechamiento en el desarrollo de las localidades y las naciones centroamericanas.

 

     Pero primero analizamos los problemas sobre las discusiones que no terminan con el llamado \ldblquote uso productivo\rdblquote  de las remesas familiares.  En primer lugar el enfoque sobre quién debe utilizar las remesas en una forma productiva se centra en las familias y personas que reciben los dólares para el sostenimiento de su hogar.  Al decir que las personas deben \ldblquote invertir\rdblquote   ese dinero porque sólo gastan los dólares para el consumo, se está insinuando que lo están \ldblquote mal gastando\rdblquote .    Las familias que reciben remesas efectivamente gastan principalmente en el consumo: la comida,  ropa, transporte, etc.  Pero también las familias que no reciben remesas gastan principalmente en el consumo.  En varios estudios comunitarios se ha analizado las diferencias entre la manera en que las familias que reciben remesas gastan su dinero comparado con las familia que no reciben remesas.  Las únicas diferencias detectadas están en los rubros de gastos para la educación y salud donde las familias que reciben remesas \ldblquote invierten\rdblquote   más en el bienestar de su familias y la educación comparados con las familias que no reciben remesas.  En mi opinión, esto no es mal gastando el dinero sino invertir en el capital humano de las futuras generaciones.   

 

     Además al gastar en el \ldblquote consumo\rdblquote , las familias están comprando productos necesarias para su vida cotidiana.  Estos dólares están circulando en la economía nacional creando más demanda y empleo.  En las casas construidas por las familias que reciben remesas, utilizan materiales hechos en el país, mano de obra local, etc.  Si las remesas fueron a parar a los bancos en cuentas de ahorro, los países centroamericanas y las empresas locales estarían en una situación bastante precaria.  Los efectos multiplicadores de estos dólares son importantes para muchas localidades y no se han tomado en cuenta en los análisis de su impacto.

 

     Por otra parte, se asume que la remesa es el único ingreso de la familia.  Sin embargo, en la mayoría de las familias, la remesa es un complemento (aveces regular pero muchas veces bastante irregular) a otros ingresos del hogar de los demás familiares que siguen trabajando.  En los pocos pero muy notarios casos de familias que dependen en el 100% en la remesa, hay que analizar un poco más al fondo la estructura familiar antes de juzgar el nivel de dependencia en la remesa.  No es igual hablar de una familia compuesta por la abuela y cinco nietos que reciben los dólares de los padres de los nietos que hablar de una familia con personas en edad de trabajo sin otras responsabilidades que no están trabajando \endash  y de todas formas muchos de ellos no encuentran trabajo digno.

 

     Por otro lado, al hablar del uso productivo de la remesa generalmente se habla de la inversión en una empresa.  Analizando objetivamente quién sería esa persona o personas a iniciar ese empresa, lo más probable es que el miembro del hogar más capaz de levantar un negocio es el que está en los Estados Unidos y no los familiares que se han quedado atrás.  Y de todas formas, los riesgos en montar una micro o pequeña empresa son muy altos.  Es más seguro garantizar la educación de los hijos para que se pueden desempeñar en trabajos más estables y mejor remunerados que montar una empresa cuyo sobrevivencia puede ser muy precaria.  }{\fs24 Así que cuando hablamos que las familias centroamericanas deberían de utilizar los dólares de otra forma, estamos }{\fs24 pidiendo cambios casi imposibles y }{\fs24 realmente fuera de la marca.}{\fs24   La gran mayoría de estos dólares están garantizando una sobrevivencia, con mejor bienestar y mayores niveles de educación de los centroamericanos.  Están siendo utilizados quizás en la forma más productiva posible al hablar de las familias receptoras de remesas.}

 

     Todo esto no quiere decir que no hay opciones para aprovechar de la migración para el desarrollo de los países centroamericanas.  En primer lugar, hay aspectos de la macroeconomía que nunca se han evaluado.  Las políticas macroeconómicas centroamericanos pueden ser diseñadas para que los sectores que están beneficiándose de la migración y las remesas hagan un uso más productivo de estas divisas.  Por ejemplo, el sistema financiero está beneficiándose en gran medida de los dólares que entran por los bancos pero no está apoyando a muchos de los sectores económicos de los países para mejorar la inversión productiva, en particular en las micro y pequeña empresas o en la industria.

 

     Por otro lado, están las \ldblquote remesas colectivas\rdblquote , recaudados por asociaciones de oriundos en los Estados Unidos para apoyar a sus comunidades de origen.  Muchas de estas asociaciones han encontrado grandes barreras al tratar de realizar sus apoyos en sus comunidades.  Por ejemplo, los envíos de medicinas, la introducción de vehículos para ambulancias para las unidades de salud en el interior del país, etc. casi siempre encuentren problemas en el momento de ingresar al país.  Por otra parte, varias asociaciones salvadoreñas han querido gestionar un apoyo mutuo en algunos proyectos con la FIS-DL sin resultados positivos hasta el momento.  Al buscar los mecanismos de fortalecer estos esfuerzos colectivos de las compatriotas centroamericanos en los Estados Unidos, se puede beneficiar más a las localidades.

 

     Además de esto hay un tremendo caudal de experiencias y contactos entre los migrantes centroamericanos.  Muchos ya son profesionales o han aprendido oficios o nuevas destrezas que podrían ser de gran utilidad para los países de la región.  Hay algunos esfuerzos aislados para canalizar el tremendo recurso humano entre los migrantes para beneficiar el país de origen, pero sigue predominando imágenes negativos de los migrantes y enfocándose en aportes económicos.  Los conocimientos y contactos de los migrantes ofrecen posibilidades casi infinitas de colaboración mutua que no se ha ni siquiera empezado a tocar.  Para dar una idea sobre algunas posibilidades, en El Salvador contamos con dos ejemplos importantes.  En primer lugar están los esfuerzos de la Programa Competitividad en vincular a empresarios salvadoreños en El Salvadora con empresarios salvadoreños en los Estados Unidos para su beneficio mutuo.  Los frutos de estos esfuerzos están empezando madurar con posibilidades enormes para potenciar empresas salvadoreñas en los Estados Unidos y El Salvador.  Otro ejemplo importante es la relación de hermanización que existe entre la facultad de medicina de la Universidad Nacional de El Salvador con la Sociedad Americana de Médicos Salvadoreños (SAMS) en los Estados Unidos.  A través de contactos personales entre médicos de la facultad de medicina y médicos egresados de la facultad ejerciendo en los Estados Unidos, se ha formalizado una relación entre el gremio de la SAMS (con alrededor de 200 miembros) y la facultad donde médicos salvadoreños destacados en sus especialidades en los Estados Unidos llegan a impartir cursos de corta duración en la facultad de medicina de la UES y así aportar sus conocimientos para futuros médicos del país.  Este tipo de lazo entre profesionales se puede potenciar entre gremios en todas las ramas: arquitectos, ingenieros, agrónomos, abogados, odontólogos, etc.  Generalmente existen relaciones entre profesionales salvadoreños ejerciendo en diferentes países pero estas relaciones se quedan a nivel personal. 

 

     Las posibilidades de aprovechar de los conocimientos y contactos entre centroamericanos en diversos países ofrece quizás una de las oportunidades menos utilizadas pero con mayor potencial para el desarrollo de la región centroamericana.  Ahora hace falta las iniciativas privadas y públicas para echar andar estas relaciones y dejar de desgastarnos en la eterna discusión del uso productivo de las remesas familiares.