Bases para la reflexión y

propuestas de acción[1]

 

 

Taller sobre Migración y Desarrollo Regional

 “Centro América 2020”

 

 

San Salvador, El Salvador

5-6 de julio de 1999

 


I.                   ASPECTOS MAS RELEVANTES DE LA SITUACION MIGRATORIA EN CENTRO AMERICA

 

Una Visión Sintética

 

Las altas tasas de crecimiento demográfico, la falta de dinamismo de las economías nacionales (primario exportadoras), las condiciones de pobreza de amplios segmentos sociales, las crecientes necesidades laborales y la concentración urbana de la industrialización sustitutiva de importaciones de los años 60s, explican en gran medida los flujos migratorios nacionales e internacionales en la centroamérica de mediados de Siglo.

 

Sumado a lo anterior, la convulsa situación política y militar en algunos países centroamericanos en las décadas de los 70s y 80s, junto a una expansión de la ocupación informal, tanto urbana como rural, así como el aumento en las disparidades socio-económicas entre los países dentro y fuera de la región, dan lugar a una intensificación de los flujos de migración internacional en y desde centroamérica durante las últimas tres décadas.

 

La progresiva supresión de los conflictos político-militares en países de la región dio lugar a un renovado interés por alcanzar la integración económica, social, cultural y política de centroamérica. La celebración de la Conferencia Regional sobre Paz y Desarrollo celebrada en Honduras en 1994 y el resultante “Protocolo de Tegucigalpa”, firmado por los Presidentes centroamericanos, instituyó el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), con el objetivo de hacer de centroamerica una región de paz, libertad, democracia y desarrollo, partiendo del principio fundamental de respetar, tutelar y promover los derechos humanos de todos los centroamericanos.

 

A partir de noviembre de 1998, los efectos del Huracán Mitch en centroamérica profundizaron en todos los niveles los factores que explican y determinan los movimientos migratorios, acentuando las brechas del desarrollo económico y social entre los países y regiones, agravando los riesgos de las poblaciones más vulnerables, a lo que se agrega ahora, la incapacidad de los ecosistemas de las zonas afectadas para retener población y reactivar las fuentes de empleo.

 

El Huracán Mitch sucede en un momento de la historia de centroamérica en que los países estaban transitando etapas de reconstrucción y consolidación de sus procesos democráticos, luego de haber concluido un largo camino de enfrentamientos. Incluso como consecuencia del restablecimiento de la paz, algunos de los países afectados tenían presente el desafío de lograr la reinserción productiva y el acceso a la tierra de las poblaciones desarraigadas.

 

De esta manera, la cuestión migratoria actualmente forma parte ineludible del escenario centroamericano y permanece estrechamente ligada a sus posibilidades de transformación y desarrollo.

 

A continuación, las principales características de la situación migratoria centroamericana en las últimas tres décadas:

 

 

 

1.      Región expulsora de población

 

Centroamérica constituye un caso peculiar ya que en el pasado reciente, los movimientos migratorios se incrementaron y complicaron dramáticamente por efecto de la combinación de factores económicos y sociopolíticos.

 

A los flujos migratorios laborales, históricamente presentes entre los países de la región y particularmente entre zonas transfronterizas, se agregaron en las últimas décadas dos movimientos novedosos, que no son independientes y que más bien se combinan y superponen: los movimientos forzados de amplios sectores de la población, producto de los conflictos bélicos y de condiciones políticas que ponían en riesgo la vida de las personas y un aumento marcado de la emigración hacia fuera de la región.

 

Ø      Los movimientos forzados

 

Los movimientos forzados de población causados por los conflictos armados en la región, permanecieron hasta inicios de la década actual y fueron disminuyendo con la implementación de los acuerdos de paz en Nicaragua (1990), El Salvador(1992) y Guatemala (1996). La población refugiada y desplazada adquirió una magnitud impresionante durante la década de los 80´s, estimándose que alrededor de dos millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares y lugares de residencia. Los esfuerzos para lograr la paz en Centroamérica se consolidaron a partir de los Acuerdos de Esquipulas, firmados por los Presidentes en agosto de 1987. La paz y el fortalecimiento de los procesos democráticos implicaron un importante retorno de población desplazada y de refugiados a sus países de origen. Actualmente restan muy pocas personas en calidad de refugiados en la región.

 

Ø      El aumento de la migración extraregional y disminución de la migración intraregional

 

El actual patrón migratorio extraregional, que constituye una de las características más relevantes de la problemática migratoria centroamericana, también se consolida durante la década de los ‘80.  La pérdida de población como consecuencia de la emigración hacia el norte, mayoritariamente hacia los Estados Unidos y en menor medida a México y Canadá, se fue incrementando al punto que a inicios de los 90´s superó el millón de personas, cifra que representó el 4,5% de la población total centroamericana. El Salvador es el país que posee el mayor ritmo expulsor, explicando el 40% del total emigratorio regional.

 

El proceso de migración extraregional convierte a Centroamérica en una región que en los últimos treinta años ha experimentado drásticamente la pérdida de su población.  

 

Como contrapartida al proceso señalado, la migración intraregional disminuye. Entre 1970 y 1990, los centroamericanos que residían en otro país de la misma región pasan del 50% al 7.5%, respectivamente.

 

 

2.      Los Indocumentados

 

La inestabilidad migratoria de la población centroamericana en los países de destino, por las características de irregularidad de sus flujos migratorios, es un problema fundamental de la realidad migratoria regional, entre otros factores, por sus consecuencias desde el punto de vista de marginación social, derechos humanos y las cada vez más difundidas actitudes de discriminación y xenofobia.

 

 El problema de la migración indocumentada es un tema sensible de la relación migratoria entre los países de origen y de  destino de los flujos migratorios regionales, especialmente con los  Estados Unidos.  Este tema cobra mayor relevancia en el contexto del Huracán Mitch.

 

El incremento de las restricciones para el ingreso en los países de destino y tránsito, especialmente en ese país, tiene y tendrá impacto en la migración indocumentada y en el desarrollo de mecanismos irregulares para evadir los controles. En 1996, Estados Unidos sancionó una nueva legislación migratoria, la “Ley de Reforma y Responsabilidad del Inmigrante” (IIRIRA), que implicó  cambios de procedimientos, fundamentalmente con relación a la inmigración irregular.

 

Sin embargo, también es importante destacar la adopción en 1997 de la “Ley de Ajuste Nicaragüense y Alivio Centroamericano” (NACARA), cuyo objetivo fue otorgar ciertos beneficios migratorios a los migrantes provenientes de Nicaragua, Cuba y originarios de la ex URSS. Las organizaciones de migrantes estiman que alrededor de 70.000 nicaragüenses podrán ser objeto de los  beneficios que otorga  NACARA.

 

A fines del 1998, la Ley NACARA se extendió a los ciudadanos de origen salvadoreño, pero con requisitos adicionales. Se espera que esta Ley contribuya a aliviar la situación migratoria de una parte de la población centroamericana, afectada injustamente por la reforma de la legislación migratoria de 1996. Una vez que haya finalizado su implementación, en marzo del año 2000, podrán evaluarse sus impactos reales.

 

En Costa Rica, la reciente sanción de un régimen para regularizar la situación migratoria de la población centroamericana que reside de manera irregular, principalmente de origen nicaragüense, permitirá, una vez finalizada su implementación, una aproximación más realista al fenómeno de la migración irregular en dicho país.

 

3.         El retorno forzado desde Estados Unidos y México

 

Las deportaciones de ciudadanos centroamericanos es otro de los temas sensibles de la realidad migratoria regional. El número de los deportados desde Estados Unidos aumentó durante la presente década y la reciente legislación migratoria adoptada en este país tendrá seguramente un impacto en este tema.  La necesidad de definir políticas de reinserción de este nuevo grupo de desarraigados y acciones para atender las situaciones de emergencia social que plantea su retorno, es una nueva e importante preocupación en los países de la región.

 

 

 

Durante el presente año, las deportaciones desde los Estados Unidos han continuado (excepto durante el periodo de suspensión como consecuencia del Huracán). Las deportaciones desde México adquieren también un volumen importante y Guatemala  tiene en este sentido una situación especial debido a su ubicación geográfica. Se ha convertido en un país de tránsito, destino, emisión y devolución de migrantes en situación irregular.

 

La extensión de su frontera con México complica el control y la resolución de problemas que trae aparejada la deportación terrestre desde ese país, no sólo de guatemaltecos, sino también  de nacionales de otros países  centroamericanos, latinoamericanos y asiáticos.  La deportación de migrantes no centroamericanos o latinoamericanos plantea la necesidad de definir acciones regionales para garantizar un retorno digno y seguro a sus países de origen y el pleno respeto de sus derechos.

 

4.         El tráfico de migrantes

 

Una de las características tal vez más nefastas de la situación migratoria regional es la proliferación de organizaciones y personas que trafican con las necesidades de los migrantes. Estas prácticas, además de poner en riesgo la vida de las personas, atentan contra sus derechos humanos más elementales. Los mecanismos que se utilizan son complejos y se han identificado diversas modalidades y tipos de organizaciones: redes internacionales, locales de apoyo y coyotes o polleros independientes.

 

Por otra parte, el tráfico de migrantes extraregionales, principalmente de origen sudamericano y asiático, es una nueva realidad  de la región. Su número es difícil de cuantificar porque se desarrolla con metodologías mucho más sofisticadas.

 

El tráfico de migrantes sin duda se incrementará como una de las consecuencias del impacto del Huracán Mitch y las cada vez más restrictivas  condiciones en los países de destino.

 

5.                  La importancia de las remesas en los países de emigración

 

Uno de los impactos más significativos de la emigración sobre los países  expulsores de Centroamérica es el que tiene actualmente el envío de las remesas y los ahorros de los migrantes.

 

Los montos de las remesas aumentaron significativamente en todos los países mencionados, junto con el aumento paralelo de los migrantes hacia fuera de la región.

 

En el último año totalizaron 1.672,7 millones de dólares, de los cuales 1.086,6 corresponden a El Salvador (que contribuye con el 65% del total regional), 362,7 a Guatemala, 128,4 a Honduras y 95 a Nicaragua.  El peso que representan las remesas en los diferentes agregados económicos de los países, especialmente en el Salvador, son impactantes.  Otra de sus dimensiones significativas es el impacto que tienen en los ingresos  familiares y en la superación de la pobreza.

 

 

 

En síntesis, la emigración de uno o más miembros de la familia contribuye a reducir las carencias mediante el aporte que hacen los migrantes a sus parientes que permanecen en sus lugares de origen. Si no se hubiera producido el envío de remesas la incidencia de la pobreza y la indigencia, sobre todo en áreas rurales, aumentaría en estos países.

 

Un problema que enfrentan los migrantes es el alto costo de las transferencias (en algunos casos llegan hasta un 20% de la cantidad transferida); la  reducción de sus costos, combinada con nuevas estrategias para alentar el uso productivo de las mismas, puede ser una manera de contribución complementaria al proceso de desarrollo local y comunitario. En los países más dependientes del envío de remesas, aún no se han podido articular políticas y programas para una canalización productiva de las mismas.

 

6.         El sistema migratorio

 

Los países de la región no cuentan con un sistema integral en materia migratoria que permita responder a la necesidad de acompañar desde esta dimensión el proceso de transformación regional, incluyendo los desafíos que el tema tiene para su incorporación en las estrategias de integración.  Los países de la región, a pesar de los avances efectuados, carecen de marcos legislativos adecuados a la nueva realidad migratoria, de políticas migratorias acordes con la nueva realidad regional, así como de información contextual, además enfrentan problemas administrativos para una gestión eficaz en materia migratoria.

 

Ø      Las políticas y la normativa migratoria: la actual situación demuestra que los países y la región en su conjunto, deberán avanzar de manera significativa para disponer de políticas, legislación y procedimientos armonizados. La  realidad migratoria regional requiere superar el tradicional enfoque basado sólo en el control y la adopción de políticas y estrategias desde una perspectiva unilateral, para pasar a un marco de políticas y procedimientos consensuados. 

Ø      La gestión y la administración migratoria:  los países de la región no cuentan con modernas estructuras para una administración eficiente y transparente de los fenómenos migratorios. Incluso, algunos organismos de aplicación carecen de las facilidades mínimas, tanto presupuestarias como de infraestructura y la  situación es grave en muchas áreas de frontera. Este tema, ligado también a la transformación de la cultura de la gestión del Estado, ha sido en general postergado a pesar de la significación que el mismo tiene en la región y en la relación entre sus países.

Ø      La información migratoria: existen en la región graves carencias de información para investigar el fenómeno migratorio y para fundamentar políticas y programas realistas. Más allá de los Censos de Población, las limitaciones que presentan los registros continuos de movimientos internacionales (la mayoría de los países no ha logrado por ejemplo sistematizar la información de todos los pasos de frontera, ni reconocer la importancia de los mismos más allá de su finalidad de control administrativo). La ausencia de la variable migratoria en las Encuestas de Hogares, representan una situación que dificulta el conocimiento del fenómeno. Los métodos y fuentes tradicionales, además, presentan serias dificultades para medir la magnitud real, características, causas e implicancias de estos movimientos, máxime en situaciones como las provocadas por el Mitch.

 

 

Los aspectos de la situación migratoria regional señalados precedentemente no son exhaustivos.   Sólo a grandes rasgos y a modo de síntesis representan  los aspectos más destacados de la realidad en lo “estrictamente migratorio”, realidad que indudablemente reconoce especificidades por países, cuyo tratamiento no fue objetivo de este documento.

 

II.                EL ENFOQUE MULTILATERAL EN LA REGIÓN PARA ABORDAR

LAS CUESTIONES MIGRATORIAS

 

En las últimas décadas se evidencia, junto a la asignación de una importancia política creciente, avances incipientes en la consolidación de un enfoque regional y bilateral para el tratamiento de las cuestiones migratorias. Estos avances se refieren fundamentalmente a acuerdos parciales sobre la facilitación de la circulación de personas, regulación de mano de obra y desarrollo de instancias regionales de coordinación.

 

Las Cumbres Presidenciales iniciadas en Esquipulas, la creación de la Organización Centroamericana de Directores de Migración[2]  (OCAM) en 1990, el establecimiento del CA4 entre El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, la puesta en marcha del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y su Secretaría General, la Conferencia Regional sobre Migración o Proceso Puebla[3] iniciada en 1996 y más recientemente la II Reunión del Grupo Consultivo  realizada en Estocolmo, Suecia, son importantes iniciativas que han reflexionado y llegado a conclusiones, recomendaciones, orientaciones y decisiones en materia migratoria regional, incluyendo una serie de acuerdos para resolver los problemas de los refugiados y desplazados.

 

De las anteriores iniciativas, el Proceso Puebla representa indudablemente un camino innovador para enfrentar los problemas migratorios de la región y su consolidación como foro multilateral, el cual es y será altamente beneficioso para todos los países que lo integran y para la región en su conjunto, ya que por primera vez conforma un marco de diálogo multilateral sobre los temas migratorios en el que participan países de origen, tránsito y destino que comparten desde distintas perspectivas, una problemática común.

 

El Plan de Acción del Proceso Puebla prioriza los siguientes temas para la acción regional: políticas migratorias, vinculación entre desarrollo y migración, tráfico ilegal de migrantes, cooperación internacional para el retorno de migrantes extraregionales, derechos humanos y cooperación técnica.

 

La IV Conferencia Regional sobre Migración se realizó en El Salvador en enero de 1999, con posterioridad al Huracán Mitch. En dicha reunión los países  analizaron el impacto de la situación creada por el Huracán en materia migratoria y coincidieron en que el Proceso Puebla es el marco idóneo para atender los aspectos migratorios derivados de este desastre natural, además sostuvieron la importancia de aplicar una visión integral, con énfasis en el vínculo entre migración y desarrollo.

 

 

III.             PRINCIPALES DESAFIOS EN EL AMBITO MIGRATORIO REGIONAL

 

Sin lugar a dudas, el desafío fundamental que enfrentan los países centroamericanos para que su población pueda ejercitar libremente el derecho de no migrar, particularmente después de Mitch, es consolidar un proceso de transformación y desarrollo sostenible que avance hacia la modernización, la equidad social,  la afirmación de la democracia y el respeto por los derechos humanos.

 

Impulsar este proceso requiere esfuerzos decididos, integrales y persistentes por parte de los Gobiernos, de la sociedad civil y de la comunidad internacional y serán las respuestas que se logren articular para avanzar en ese sentido, las que convertirán a las migraciones internacionales en un fenómeno más ordenado y predecible en centroamérica.

 

Avanzar hacia la gobernabilidad de las migraciones es también un desafío de la región, supone comenzar a resolver la problemática del desarrollo y de la equidad, desde un enfoque regional y con el imperativo de la sostenibilidad. Es claro qué hacer frente a las causas básicas y estructurales de la migración, especialmente las relacionadas con la pobreza, pero también hay conciencia de que es una tarea difícil y de largo plazo.

 

Mientras tanto,  paralelamente  a los avances en el desarrollo sostenible de las áreas y grupos poblacionales afectados, es necesario adoptar una serie de medidas en materia migratoria que apunten a la prevención, así como a sentar las bases de la transformación del enfoque y la gestión en este campo, tanto en los países como en la región en su conjunto.

 

Asimismo, es importante tener presente que en este escenario regional el camino más adecuado para resolver los problemas migratorios serán las acciones concertadas entre los países de origen, tránsito y destino de la migración. Todos ellos, desde distintas perspectivas comparten la misma problemática.

 

DESAFIOS

 

1.      Conocer el impacto del Huracán Mitch en materia migratoria para el diseño de políticas realistas

 

El primer interrogante general que surge es si la agudización de los problemas críticos de la región por efecto del Huracán, que se suman a las condiciones estructurales que históricamente provocan las migraciones, tendrá consecuencia en los flujos migratorios regionales. La información actualmente disponible permite sólo aproximaciones muy indirectas a esta interrogante.

 

A petición de la IV Conferencia Regional sobre Migración, la OIM ha elaborado un  proyecto destinado a evaluar el impacto y las consecuencias del Huracán Mitch sobre los movimientos migratorios de la población centroamericana. El proyecto también propone investigar las expectativas migratorias de la población de los países afectados, en el marco de las políticas de reinserción sostenible en los países de origen y de las políticas migratorias en los países tradicionalmente receptores.

 

En la elaboración del proyecto se ha realizado un importante esfuerzo para diseñar una estrategia metodológica y los mecanismos operativos que permitan abordar las diversas y complejas dimensiones asociadas con las consecuencias migratorias del Huracán. Un efecto indirecto, pero deseado, es el fortalecimiento de la capacidad de las oficinas nacionales productoras de datos sobre migraciones.

 

2.      Implementación de algunas acciones preventivas

 

Ø      Implementar políticas y programas de reasentamiento y reinserción productiva con la participación  de la población afectada y garantizar la prestación y acceso a los servicios sociales básicos, como una estrategia que, entre otras, contribuya en el corto plazo a reducir la presión migratoria de las áreas y poblaciones más vulnerables.

Ø      Incorporar la dimensión migratoria en los proyectos de reconstrucción y desarrollo que elaboren los diferentes organismos de la comunidad internacional, prestando especial consideración a las cuestiones de género y medio ambiente, asociadas a esta problemática.

Ø      Consolidar un diálogo abierto entre los países de origen, tránsito y destino de la migración regional, con la finalidad de avanzar en el diseño de soluciones relacionadas con la inestabilidad migratoria de la  población centroamericana en los países de destino, así como con el problema de las deportaciones y con el impacto de las nuevas disposiciones en materia migratoria.

Ø      Implementar una campaña de información destinada a combatir el tráfico de migrantes, informando a la población los riesgos de utilizar esta práctica, especialmente en mujeres y niños, y brindar información sobre los requisitos y beneficios de la migración regular.

Ø      Reforzar las actividades destinadas a la asistencia y a la reinserción de la población centroamericana que retorna.

Ø      Establecer mecanismos adecuados para el retorno de los migrantes extrarregionales en situación irregular a sus países de origen.

Ø      Agilizar en los principales países de destino de la migración centroamericana, las tramitaciones pendientes relacionadas con la reunificación familiar.

Ø      Diseñar, con la participación de los beneficiarios de las remesas, proyectos para una canalización productiva de las mismas, principalmente en las áreas rurales.

Ø      Definir programas binacionales de carácter socio-laboral en las áreas fronterizas más significativas desde el punto de vista migratorio en la región.

 

3.         Implementación de un Sistema Integral en Materia Migratoria

 

La región se enfrenta al desafío de la gobernabilidad de las migraciones. Las respuestas a los nuevos requerimientos derivados del Huracán, como los que en materia migratoria planteará el proceso de reconstrucción, transformación  e integración de la región, imponen la necesidad no sólo de un nuevo enfoque para el tratamiento de las cuestiones migratorias, sino también, una redefinición de la gestión y la administración migratoria.

 

Las áreas o ejes de esta acción deben estar dirigidas a:

 

Ø      Adecuar la normativa migratoria nacional y regional y avanzar en el proceso de su armonización. Por su misma naturaleza, la migración es un proceso entre países con dimensiones globales de creciente importancia, por lo cual, requiere de un marco regional armonizado para permitir una acción coherente a nivel nacional, bilateral y regional.

Ø      Modernización de los servicios migratorios para generar un cambio en la administración y la gestión

Ø      Mejoramiento de la infraestructura migratoria, especialmente de los puestos fronterizos. En muchos casos este tema podría vincularse con los proyectos de modernización de la infraestructura aduanera.

Ø      Definir nuevas formas operativas que faciliten el tránsito de las personas, es decir, avanzar en la simplificación de los requisitos y mecanismos  de control y modernizar los instrumentos de control.  Evaluar la posibilidad de iniciar experiencias sobre “Control Unificado de Fronteras” o “ Centros Nacionales de Atención de Fronteras”.

Ø      Diseñar e implementar un Sistema de Información Migratoria que permita disponer de información adecuada y oportuna sobre los fenómenos migratorios, aspecto fundamental  para el conocimiento de la realidad sobre la cual se pretende operar.

Ø      Capacitación permanente de los funcionarios que trabajan en los organismos gubernamentales vinculados a la cuestión migratoria, como una condición fundamental para mejorar la atención y los servicios a los migrantes.

 

Los temas señalados no constituyen un listado exhaustivo, sino ciertas áreas que deben estar presentes en una acción regional destinada a la modernización integral de la gestión migratoria.

 

4.         Consolidación de los mecanismos de diálogo multilateral

 

El fortalecimiento de los mecanismos de diálogo y concertación de acciones regionales en materia migratoria es de vital importancia.   En este sentido, los objetivos y acciones de la Conferencia Regional sobre Migración o Proceso Puebla, cobran especial relevancia para la región.  Su fortalecimiento y proyección como un ámbito multilateral para la resolución de los problemas migratorios de la región será altamente beneficioso.

 

En síntesis, el reto que se plantea en el ámbito migratorio es también cómo se logra transmitir,  principalmente a las poblaciones afectadas que están tratando de reconstruir una nueva historia personal y familiar, una perspectiva de futuro que reduzca la incertidumbre y la desesperanza:  ¿Qué significa para ellos hoy desarrollo sostenible, transformación, etc ?.

 

Conectar estos dos mundos es una tarea imprescindible ya que las expectativas no cumplidas  por los programas de apoyo y de reconstrucción, generarán seguramente una propensión emigratoria en las poblaciones afectadas.

 



[1] Preparado por la Oficina  Regional  de  la  OIM  para  América  Central y México, con base en documentos presentados  por la Organización ante la Conferencia  Regional sobre Migracion y la  II reunion del Grupo Consultivo en Estocolmo, Suecia . 

[2] Posteriormente Comision centroamericana de directores de migración

[3] Belice, Canadá, Costa Rica, Estados Unidos de América, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República dominicana